LA FE ES INDISPENSABLE PARA RECIBIR LAS PROMESAS DE DIOS

Cuando Jesús, nuestro Salvador y ejemplo a seguir, andaba entre la gente predicando y sanando, nos dejó su enseñanza acerca de cómo recibir milagros y la sanidad de parte de Dios.
La gran clave: la fe.
Aquí se pueden ver las sencillas pero poderosas declaraciones de Jesús en sus ministraciones:

• Maravillado dijo: ¡ni aún en Israel he hallado tanta fe!
• ¿Por qué teméis hombres de poca fe?
• Al ver Jesús la fe de ellos dijo: Tus pecados te son perdonados
• Tu fe te ha salvado
• Si puedes creer, al que cree todo le es posible
• Conforme a vuestra fe os sea hecho
• Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
• Grande es tu fe; hágase contigo como quieres
• ¿Por qué pensáis, hombres de poca fe, que no tenéis pan?
• Si tuvieras fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
• ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
• Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
• Vete, tu fe te ha salvado.
• Ten animo hija, tu fe te ha salvado.
• Tened fe en Dios
• Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
• ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?Jesús les dijo: Por vuestra poca fe...
• Si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijéreis: Quítate y héchate en el mar, será hecho.
• Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres.
• ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?

La fe es una certeza absoluta en lo que la Palabra de Dios dice. La fe cree la Palabra de Dios aunque las circunstancias y los sentidos nos muestren lo contrario.
Abraham, llamado "Padre de la fe", siendo anciano y "su cuerpo como muerto" recibió la promesa que sería padre de multitude. No sólo tenía delante de los ojos el escollo de su vejez, sino que además Sara, su esposa, era anciana y estéril.

Rom 4:19-21
Y no se debilitó en la fe al considerar a su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo casi de cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
Tampoco dudó por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.

Hoy, Cristo con su obra Redentora nos ha dejado preciosas y grandísimas promesas: Salvación, Sanidad, Provisión, Protección. Hay más de 900 promesas para vivir una vida abundante, y lo más importante es saber que ES SU VOLUNTAD que podamos recibirlas y disfrutarlas.
La fe para recibir se desarrolla a través de oír la Palabra de Dios (Rom 10:17). Hay que conocer cuáles son los derechos que nos fueron conferidos como Hijos de Dios; así es como las poderosas Palabras de Dios se van revelando al corazón y esa convicción trae la manifestación de aquello que creímos. Tal como sucedió con Abraham.

Todo cristiano tiene, dentro de sí, depositada la semilla de fe. La fe que salva. Pero ésta puede desarrollarse aún más hasta dominar las obras del enemigo.

Lo cierto es que no todos desarrollan su fe aunque todos la tienen. Lo que pasa es que piensan que su medida (semilla) les basta para todo y no es así. No se puede comer manzanas de una semilla mientras es una semilla. Las manzanas vienen años después debido al árbol que creció y se hizo fuerte ante las pruebas del clima etc.
No todos los hermanos deciden desarrollar su fe. Son salvos, pero cuando vienen las tormentas de la vida, no saben que hacer y se ofenden si alguien les dice que no tienen fe.
Tenemos libertad. Se puede vivir en un nivel básico de la semilla de fe y ser salvo; pero también se puede crecer en fe. Yo quiero crecer en fe... ¿y usted?